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“Tren Maya ya se inició y hay destrucción palpable”

Especialistas consideran que trazo original del Tramo 5 del proyecto provocaba menos daños a los que supone la nueva obra que se adentra a la zona selvática y pasa por red de cuevas y cenotes.





09 de Abril de 2022 a las 09:18 hrs -- Jimena Jimenez
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El trazo original del Tramo 5 del Tren Maya, sobre la carretera federal 307, de Cancún a Tulum, traería consigo impactos ambientales, aunque menores, a los que supone la nueva ruta que se adentró 5 kilómetros hacia la selva, afirmó el director del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM), Guillermo de Anda, quien se sumó a las voces que solicitan la suspensión inmediata de los trabajos.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el arqueólogo e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) afirma que para desarrollar el proyecto inicial, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) encargó estudios, organizó foros y mesas de trabajo desde hace tres años y existía un comité técnico-científico.

La ruta en ese tramo, dijo, iba sobre la carretera, “por eso fue sorprendente que cambiara ahora hacia la selva (…) la diferencia fundamental de este cambio es que, por una parte, la carretera ya estaba hecha, que está desmontada gran parte de esa zona, que se haría un daño, una afectación menor por tala”.

Sin embargo, el trazo actual —modificado y anunciado el pasado 19 de enero en Cancún— es aún desconocido; se desarrolla impactando la selva y no se han presentado los estudios ni las autorizaciones correspondientes.

“Sin duda, ya se inició y ya hay una destrucción que es muy palpable en fotos y video; se ve una brecha grande, se ve junto a cuevas, encima de cenotes, de huecos susceptibles de colapsos todos ellos, sin decir que va a colapsar inminentemente el tren.

“Lo que se ve en este momento es un poco de prisa por hacerlo y lo que tiene inquietas a tantas personas es que no se manifiesta cuál será realmente la forma de minimizar los impactos”, asegura.

De Anda responde que las obras pueden ser viables porque se tiene la capacidad de construcción y está en manos de los ingenieros militares, pero la incógnita es si se trata o no de un “proyecto sustentable”.

Debido a esas condiciones, consideró que los trabajos deben detenerse, en tanto no se presenten estudios especializados, se garantice la planificación incluyente de las obras, se someta a evaluación el megaproyecto y se autorice conforme lo establecido en el marco legal ambiental.

(El Universal)