El calendario del Mundial en Qatar, que se jugará en noviembre y diciembre, provoca que los torneos en el segundo semestre del año se aprieten, y mucho México no es la excepción. Los jugadores que aspiran a una Copa del Mundo, podrían disputar —del 1 de julio al 16 de noviembre— hasta 30 partidos, un promedio de uno cada cuatro días.
“Se debe cuidar al futbolista. Este calendario está muy condensado, todos deben actuar con inteligencia y tranquilidad”, menciona el preparador físico Daniel Ipata.
Con más de 20 años de experiencia en Liga MX, Sudamérica y Mundiales, el uruguayo considera que es momento de que los equipos y los futbolistas “tengan mucho cuidado”.
En México, un futbolista podría jugar 17 partidos de fase regular, siete de Liguilla (incluido el repechaje), tres de Selección Nacional (preparación), uno de Estrellas, y dos en la gira final del Tricolor rumbo a Qatar. Treinta juegos en 140 días.
Para Ipata, esto no es alarmante: “Hubo tiempo de preparación. Lo complicado viene en el torneo”, porque jugar cada cuatro días “no es lo más recomendable. Ahí es donde tienen que entrar tres puntos clave: Entrenamientos de prevención, acelerar los procesos de recuperación, y las rotaciones”. Lo que será determinante para que no lleguen agotados.
(El Universal)