En el antiguo campo de exterminio nazi Schloss Hartheim, en Austria, se descubrió una capa de cenizas humanas y restos óseos enterrados a una profundidad de entre 80 y 150 cm, en un área de 458.5 metros cuadrados. Este hallazgo se realizó en la parte norte del recinto, nunca antes investigada.

Durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1940 y 1944, unas 30,000 personas fueron asesinadas en este lugar, principalmente personas con discapacidad y prisioneros. Los restos fueron quemados, y anteriormente se había encontrado fosas en el lado este del castillo.


La investigación, que incluyó estudios geofísicos y perforaciones, ha revelado más detalles sobre los esfuerzos de los nazis por encubrir sus crímenes. El Ministerio del Interior austríaco destacó la importancia de recordar estos crímenes para evitar el olvido.