Jefes del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, donde murieron 39 centroamericanos calcinados, no tenían experiencia en materia migratoria antes de llegar a dicho organismo, el cual arrastra, según la Auditoría Superior de la Federación, deficiencias en gobernanza y control interno institucional.
De acuerdo con una revisión a los perfiles de dichos mandos, algunos de ellos llegaron de otras áreas del sector público, como la Secretaría de Marina (Semar), del Bienestar, o desde el privado, como la compraventa de autopartes o las ventas en tiendas de moda.
En una auditoría de 2021, la ASF determinó que el INM “presentó deficiencias en la gobernanza y control interno institucional para atender con eficiencia los asuntos en materia migratoria, a fin de garantizar la transparencia y la gestión eficaz y eficiente de los recursos asignados”.
Destacó que el instituto no cuenta con manuales actualizados en cuanto a estructura, funciones y organigramas, que hay servidores públicos que no acreditaron el nivel o área académicos requeridos o los años de experiencia necesarios, entre otras deficiencias.
(MILENIO)