Ante la escalada de violencia en diversas regiones del estado de Chihuahua, especialmente en la sierra y la zona de Ojinaga, el secretario general de gobierno, Santiago de la Peña Grajeda, reconoció la necesidad de revisar y ajustar la estrategia de seguridad nacional. La reciente serie de balaceras y enfrentamientos entre grupos del crimen organizado ha encendido las alarmas en los tres niveles de gobierno.
«Los hechos violentos de días recientes nos obligan a hacer un replanteamiento de la estrategia de seguridad nacional», afirmó De la Peña Grajeda, subrayando que la situación requiere una coordinación más estrecha entre las autoridades federales, estatales y municipales. Destacó el papel crucial de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Guardia Nacional, así como la coadyuvancia de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal y la Fiscalía Estatal, en la respuesta a estos desafíos.

El secretario general señaló que se mantendrán en espera de recibir información detallada de las instancias de seguridad para comprender plenamente lo que sucedió en los recientes enfrentamientos y para poder definir las medidas necesarias. «Seremos pacientes para recibir la información de estas instancias y saber efectivamente qué fue lo que pasó ahí y las medidas respectivas», comentó.

En cuanto a la situación en Ojinaga, Manuel Benavides y Coyame, áreas particularmente afectadas por la violencia, De la Peña Grajeda aseguró que ha estado en comunicación con las autoridades municipales, tanto las salientes como las entrantes, en un esfuerzo por coordinar la transición en medio de esta crisis de seguridad. Sin embargo, destacó que será fundamental esperar los resultados de las mesas de seguridad para implementar las acciones que garanticen la paz en estas comunidades.