Los ataques con misiles occidentales contra territorio ruso y el uso de un nuevo misil balístico por parte de Moscú no logran alterar por el momento el equilibrio de fuerzas en el campo de batalla, donde Rusia sigue ganando terreno y Ucrania trata de mantener el territorio que controla en la región rusa de Kursk.
“Por ahora es simplemente una decisión política sin consecuencias sobre la situación en el frente”, dijo el analista militar y coronel en la reserva del Ejército ucraniano Serguí Grabski sobre el permiso recibido por Kiev para atacar objetivos militares situados dentro de Rusia con misiles balísticos.
En respuesta a los primeros ataques con misiles contra su territorio, el presidente ruso, Vladímir Putin, utilizó por primera vez un nuevo misil balístico ruso de alcance intermedio llamado Oréshnik.
-EUROPA PRESS // EFE-