Un equipo de científicos internacionales anunció un avance significativo en el campo de la inteligencia artificial (IA), desarrollando un sistema capaz de comprender y responder a las emociones humanas en función del contexto.
La IA es capaz de interpretar señales emocionales a través del lenguaje, la entonación y la expresión facial, lo que le permite adaptarse y brindar respuestas más personalizadas y empáticas.
Este avance tiene el potencial de transformar áreas como la atención al cliente, donde las máquinas podrían interactuar con los usuarios de manera más humana. También se prevé que pueda jugar un papel crucial en la salud mental, proporcionando asistencia más eficiente y empática a quienes enfrentan trastornos emocionales o psicológicos.
Sin embargo, los expertos advierten sobre los desafíos éticos y de privacidad que surgen al incorporar emociones en las interacciones de IA.