La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, agitó el panorama político al denunciar que las elecciones del 30 de noviembre fueron un “golpe electoral” y, por tanto, nulas. Anunció que llevará el caso ante la ONU, la Unión Europea, la CELAC y la OEA. También acusó al presidente estadounidense Donald Trump de injerencia y manipulación en los resultados preliminares.
Analistas califican sus declaraciones como imprudentes e inviables, recordando que la ley hondureña no contempla la anulación de comicios. Aunque aún falta revisar el 12% de actas, expertos sostienen que el desplome electoral de Libre obedece más a su mal desempeño gubernamental que a irregularidades.
En medio de la polarización, crece la expectativa por una salida institucional y pacífica, mientras la ciudadanía y los observadores internacionales piden que el proceso continúe sin presiones políticas y con total transparencia.
-EFE-