En Valor sentimental, Joachim Trier vuelve a uno de los terrenos que domina con precisión: el de los vínculos familiares. Su nueva película indaga en ese legado intangible que pasa de padres a hijos, las culpas, las ausencias y las expectativas que, sin ser explícitas, termina por definir la identidad de una familia, la manera en que se ama, pero también se hiere.
La historia sigue a un cineasta que, tras años de distancia, intenta reconectar con sus hijas. Rachel, una de ellas, es una actriz famosa que lucha por ser tomada en serio y romper con los moldes que la industria le ha impuesto.
(milenio)