El gobierno de Donald Trump despidió casi por completo la rama de derechos civiles del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), desmantelando servicios clave relacionados con derechos civiles y migración. Más de cien empleados fueron notificados el viernes que tienen 60 días para encontrar otro empleo en la Administración, o serán despedidos en mayo.
La medida afecta a la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles, la Oficina del Defensor del Pueblo para la Detención de Inmigrantes, y la Oficina del Defensor del Pueblo para Servicios de Ciudadanía e Inmigración, con aproximadamente 300 empleados en total. Estas oficinas supervisaban políticas migratorias, investigaban quejas y defendían los derechos de los inmigrantes, incluyendo el cuidado de menores y la tramitación de residencia y ciudadanía.
El DHS justificó la medida argumentando que estas oficinas obstaculizan la aplicación de la ley migratoria al añadir burocracia y ralentizar operaciones. La portavoz Tricia McLaughlin afirmó que el departamento busca optimizar la supervisión y garantizar que los recursos se centren en la seguridad fronteriza y el control migratorio.
Esta acción es parte de los esfuerzos de Trump por reducir las divisiones en derechos civiles y eliminar mecanismos de supervisión interna en agencias gubernamentales.
-EFE-