La titular de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM), Wendy Chávez, informó que la dependencia fue desalojada de las oficinas que ocupaba en el municipio de Guadalupe y Calvo, pese a que no existió un requerimiento formal por parte del Ayuntamiento para ello.
Chávez explicó que el espacio fue originalmente entregado en comodato por el municipio para facilitar la apertura de la oficina de la FEM, como parte de las recomendaciones derivadas de la Alerta de Violencia de Género emitida para esa localidad. Incluso, comentó que el municipio aportó mobiliario y mostró voluntad inicial para colaborar con la instalación.
Sin embargo, con la entrada de la nueva administración municipal, esa disposición cambió. «Desde principios de año empezamos a notar una falta de voluntad para que la Fiscalía de Mujeres permaneciera en ese espacio», señaló la fiscal. Finalmente, el pasado viernes se les solicitó de manera verbal y urgente desocupar el inmueble, sin que hasta el momento se haya presentado una notificación oficial o una sesión de cabildo que revoque el comodato.
A pesar del desalojo, la Fiscalía continúa prestando atención a las mujeres del municipio. “No vamos a descontinuar el servicio. Ya conseguimos un espacio en renta, que aunque todavía está en proceso administrativo, ya nos permitieron ocuparlo para no dejar sin atención a las usuarias”, aseguró.
La funcionaria lamentó la falta de comunicación institucional por parte del municipio, indicando que las instrucciones fueron transmitidas únicamente a personal operativo, sin contacto alguno con mandos de la Fiscalía.
Finalmente, subrayó que este ha sido un caso aislado. En otros municipios como Camargo, Meoqui, Saucillo, Creel y Guachochi, se han mantenido convenios similares sin contratiempos. En Guachochi, por ejemplo, el cambio de oficina se realizó por crecimiento del personal y con una transición adecuada.
El nuevo contrato de arrendamiento, adelantó Chávez, se firmará inicialmente por el resto del año y podrá renovarse anualmente si así lo permite el presupuesto, como ocurre en otras sedes de la FEM.