Lo que prometía ser una noche más de puro rock terminó convirtiéndose en uno de los episodios más comentados de la gira latinoamericana de Guns N’ Roses.
En el estadio Huracán de Buenos Aires, Axl Rose volvió a desatar la polémica al protagonizar un arrebato que recordó sus explosivos momentos de los años noventa.
En pleno concierto: lanzó su micrófono, pateó la batería del nuevo integrante y abandonó el escenario ante la sorpresa de miles de fanáticos que capturaron la escena con sus celulares.
(milenio)