El Salvador cumple este lunes un año bajo estado de excepción, aprobado con el objetivo de erradicar la violencia de las pandillas en el país y que, si bien ha ido acompañado de un drástico descenso de los homicidios, ha despertado un aluvión de críticas de potencias y organismos internacionales, que cuestionan la ausencia garantías democráticas y de Derechos Humanos de la medida.
A partir de aquel día, que Bukele ha definido como “uno de los más difíciles” de su mandato y su vida, las autoridades salvadoreñas, incluida la Policía Nacional o el propio presidente, se han afanado en trasladar una imagen de mayor seguridad, publicando casi diariamente el balance de homicidios, que ha ido en constante disminución hasta no llegar a registrarse ninguna muerte violenta en el país.
El presidente también ha señalado a través de su cuenta de Twitter que El Salvador, pasó de ser el país más inseguro, a ser el más seguro de América Latina.
(ARISTEGUI NOTICIAS)