En un hospital de la ciudad argentina de Córdoba, una iniciativa maravillosa es brindar a los bebés un ambiente más natural cuando nacen en circunstancias que no lo son. Colocados en una incubadora, con la madre y el padre ausentes debido al trabajo, abuso de sustancias, encarcelamiento, lesiones o muerte, un equipo de «abrazadores» voluntarios toman turnos de 2 horas sosteniendo a los bebés en brazos para beneficiar su crecimiento. Gracias a esta terapia de abrazos, no pasan demasiado tiempo en la máquina.
Ni una madre ni un padre necesitan leer la estudios científicos para saber que sostener en brazos a los bebés acelera su desarrollo neurológico, les ayuda a ganar peso, aclimatarse al mundo y dormir más profundamente: lo sabrían instintivamente al coger a su recién nacido.
1.500 de los 5.200 bebés que nacen cada año en el hospital de Córdoba requieren un período de estancia en la UCIN.
Escucharlos suspirar, ver sus manos aflojarse y ver su piel cambiar del rojo remolacha a un color más natural es señal suficiente para que la mayoría de los humanos entiendan que el bebé se está beneficiando del contacto humano.
Por ello, la Maternidad Provincial de Córdoba acoge a 50 abrazadores voluntarios para dedicar un tiempo a abrazar a bebés prematuros o cuyas madres están ausentes. El equipo de terapia de abrazos está formado por 49 mujeres y 1 hombre, pero hay 200 solicitantes en lista de espera.
(LA CARA BUENA DEL MUNDO)