Algunos de los suministros de alimentos destinados a la Franja de Gaza desde Egipto han empezado a pudrirse mientras el paso fronterizo de Ráfah permanece cerrado a las entregas de ayuda por tercera semana y la población del enclave palestino se enfrenta a un empeoramiento del hambre.
Altos cargos y fuentes egipcios afirman que las operaciones humanitarias corren peligro debido a la actividad militar y que Israel debe devolver el paso a los palestinos antes de que vuelva a operar.
“Manzanas, plátanos, pollo y queso, muchas cosas se han podrido, algunas cosas se han devuelto y se están vendiendo por una cuarta parte de su precio“, dijo, apenado uno de los transportistas.
(EFE)