El ejército chino inició una nueva ronda de juegos de guerra cerca de Taiwán, simulando el bloqueo de sus puertos y asalto contra objetivos marítimos y terrestres, afirmando que se trataba de una advertencia a los “actos separatistas de las fuerzas independentistas de Taiwán”, y no ofreció ninguna fecha sobre cuándo podrían concluir.
Taiwán, gobernada democráticamente y considerada por China como su propio territorio, estaba en alerta ante la posibilidad de más maniobras bélicas desde el discurso pronunciado la semana pasada por el presidente Lai Ching-te con motivo del Día Nacional, un discurso que Pekín condenó después de que Lai dijera que China no tenía derecho a representar a Taiwán, aunque se ofreciera a cooperar con Pekín.
El Ministerio de Defensa de Taiwán condenó enérgicamente el "acto irracional y provocador" de China y añadió que había enviado sus propias fuerzas.
-Reuters y Europa Press-