El 30 de enero, altos funcionarios de Estados Unidos y China se reunieron en Pekín en un esfuerzo por reanudar las conversaciones sobre cuestiones comerciales y climáticas.
Las discusiones buscan aliviar las tensiones comerciales que se habían intensificado en los últimos años debido a aranceles y políticas proteccionistas.
Además, los dos países han acordado trabajar juntos en la lucha contra el cambio climático, con el objetivo de cumplir con los compromisos internacionales del Acuerdo de París.
La reunión es vista como un paso crucial para restablecer un diálogo constructivo y abordar desafíos globales compartidos, como las emisiones de gases de efecto invernadero y la transición hacia fuentes de energía renovables.