Keanu Reeves ha sido protagonista de innumerables historias detrás de cámaras, pero pocas tan inesperadas como la que recientemente salió a la luz sobre su convivencia con Francis Ford Coppola durante el rodaje de Drácula en los años 90.
En una época marcada por largas jornadas de filmación, un elenco legendario y un director con una visión tan intensa como peculiar, Reeves recuerda un momento que rompió con la solemnidad del set y terminó volviéndose una anécdota inolvidable.
(milenio)